Por una vez, hablo de series

Debería estar escribiendo sobre Museum Week (mañana, de verdad de la buena), que es lo que en teoría viene a cuento en este blog, pero, la verdad, el corazón ha tirado más y voy a hablar de series. Sí, televisión. Pero no es algo gratuito. La gente reclama ficción de calidad, con grandes actuaciones, buen elenco y factura impecable, por eso la mayoría vemos series extranjeras (en mi caso, americanas y británicas).

The Walking Dead o Juego de Tronos arrastran tanta gente que nos descargamos los capítulos casi antes de que acabe el de estreno. En este punto tengo que decir que una es la adaptación de un cómic; la otra, de una saga de libros. Ese género casi marginal en literatura, de culto en el cine, está arrastrando millones de personas en el mundo. ¿Cuál es? La Literatura de Ficción y, dentro de ello, Ciencia Ficción (Z o apocalíptica, en este caso)/Fantasía, que son primos hermanos (que se lo pregunten a George R. R. Martin que lo mismo nos cuenta la vida de los Stark y los Lannister como se marca una historia futurista).

Bien, de pronto, en España, en una televisión pública que parece que cualquier día nos ponen de nuevo el No-Do y la carta de ajuste, aparece una serie que se lleva por delante todos los tópicos de las series: habla de uno de los temas por excelencia de la Ciencia Ficción; los viajes en el tiempo, tiene un humor inteligente y ácido que parece más británico que español, está -muy- bien rodada y el reparto es de una calidad extraordinaria. Es una idea original, muy creativa, a pesar de haber bebido de varias obras literarias. Además tiene unos efectos especiales que ya quisieran algunas series de la BBC, por ejemplo. Por si fuera poco, además de divertirte, aprendes. Viajas con los protagonistas y «conoces» a Isabel la Católica -y enganchan a los de otra gran serie, Isabel-, a un tal Lope de Vega, a Tomás de Torquemada, «descubres» que Himmler no es Hitler mal pronunciado -tengo una anécdota que corrobora este error- o que los nazis de Indiana Jones buscaban realmente lo que decían en las películas. Todo ello con una ambientación envidiable y un encaje de piezas digno de un reloj suizo. Pero, por el momento, solo existirán 8 capítulos. Ah, sí, se llama El Ministerio del Tiempo, pero a estas alturas creo que toda España la conoce.

¿Cómo una serie que acerca de forma amena a disciplinas tan «alérgicas» para la mayoría como la Historia, el Arte, la Restauración de obras de arte, la protección del conocimiento a fin de cuentas, no la renuevan? Serán los comentarios humorísticos sobre la situación actual del país y los chascarrillos con un deje de ironía a los tópicos españoles, la dura competencia, la falta de fe en la ficción española o, simplemente, que no les da la gana a los mandamases. Es algo que nadie entiende, porque la audiencia no es (posiblemente sea en share, pero programas con share inferior han aguantado años). Es, también, la primera vez que veo un fenómeno fan tal (en el que me incluyo) que casi satura twitter, algo así como los whovians españoles bajo el nombre de ministéricos. Los perfiles de personajes históricos están apareciendo como setas (desde Ambrosio Spínola o Torquemada, a otros que ni han aparecido en la serie como Carlos III, Amadeo de Saboya -¡!- e incluso alguna incursión extranjera como Luis XIV). Además, si uno lo piensa bien, es tan fácil de exportar el formato como que en cada país haya puertas del tiempo (los guiños a la literatura y al cine son continuos, por cierto), y tampoco parece que hayan pensado en el merchandising. Anda que no hay negocio.

Pero bueno, viendo cómo solo aguanta la ya cansina Cuéntame en parrilla (Los Misterios de Laura, por ejemplo, han llegado incluso a USA a través de un remake y no tiene fecha de vuelta en nuestro país) como vaca sagrada que cualquier día supera el tiempo presente en su cronología, tengo mis dudas de que hagan caso a varios miles de personas, aunque siempre queda un poco de esperanza. Sí a la ficción española, sí a la imaginación, sí a la cultura.

PS. Poco después de publicar este post, el martes 24 se hizo finalmente pública la renovación de la serie, toda una clebración para los ministéricos.